Anunciate aqui

jueves, 20 de febrero de 2025

El último baile de Isabella

0 comments
El último baile de Isabella
La Sombra del Teatro

La niebla se arremolinaba en el callejón, abrazando las viejas paredes de ladrillo como un sudario. El tenue resplandor de una farola distante apenas iluminaba la figura de Isabella, una bailarina cuyo rostro, normalmente iluminado por las luces del escenario, estaba ahora oculto en la sombra. Su vestido negro, con volantes que imitaban alas rotas, apenas se movía con el viento. En su mano, una cuchilla de carnicero relucía, manchada con una sustancia oscura y pegajosa.

Isabella, una vez la estrella de la Ópera de la Ciudad, había perdido todo. Sus sueños, su belleza, su propia alma, se habían marchitado como una flor aplastada bajo el tacón de un zapato dorado. Un contrato, sellado con una promesa y roto con un puñal, fue el origen de su descenso a la oscuridad. Habían prometido fama, fortuna, pero solo le habían dado la maldición.

Ahora, sus ojos ardían con un fuego infernal, rojos como la sangre que goteaba de la cuchilla. Su gracia, una vez la envidia de todas las demás bailarinas, se había transformado en una danza siniestra, una macabra coreografía de muerte y destrucción. Su cuerpo, una vez flexible y ágil, estaba poseído por una energía antinatural.

Un joven, con un abrigo demasiado grande para su delgado cuerpo, pasó corriendo por el callejón. El pánico se reflejaba en sus ojos, un pánico que Isabella conocía muy bien. Era el mismo miedo que la había devorado, el mismo que ahora alimenta su apetito. Con un susurro siniestro, "El espectáculo debe continuar," Isabella se abalanzó sobre él, su danza mortal a punto de comenzar. La niebla la engulló en un suspiro fantasmal, dejando solo el sonido de la desesperación y el silencio de la muerte.

Relacionados

No hay comentarios:

Publicar un comentario