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lunes, 24 de noviembre de 2025

La fobia que no puedes nombrar

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La fobia que no puedes nombrar

Thalo era un joven cartógrafo obsesionado con la perfección del mapa. Buscaba rellenar los espacios vacíos que la ciencia moderna había dejado. Una noche, mientras estudiaba un atlas antiguo y olvidado, encontró una región marcada simplemente como "Aquí se contiene el Terror".


La región no era geográfica; era un punto en el mapa de la conciencia. Thalo sintió una punzada intensa de curiosidad. Su investigación lo llevó a un tomo de magia sellado, que describía a la Apeirofobia, no el miedo al infinito, sino a la ausencia de límites en la mente. Era la fobia que no puedes nombrar.


El libro advertía que la simple lectura de la sección era un ritual. Cuando Thalo terminó de leer la última página, sintió que su mundo se expandía de manera violenta. La habitación se hizo inmensa, y el techo, una distancia insondable. El terror no venía de algo que existía, sino de la total ausencia de puntos de referencia.


Thalo se dio cuenta de la verdad horrible: había invocado a la Entidad del Vacío, un ser compuesto de pura expansión. La Entidad no buscaba su vida; buscaba su sentido del espacio. Él se arrastró, suplicando por un muro sólido, por un punto de apoyo.


La fobia que no puedes nombrar


El Errante, como se le llamó después, nunca pudo recuperarse. Su mente quedó anclada a una dimensión deforme. Vivió el resto de su vida en un tormento constante, incapaz de percibir el tamaño de una mano o la altura de una mesa. Su castigo fue una percepción infinita, el peor de todos los miedos.

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