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sábado, 22 de noviembre de 2025

La mujer que se convirtió en nube

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La mujer que se convirtió en nube


Maya era la anciana guardiana de el Valle Seco, un lugar bendecido que ahora sufría una sequía implacable. Los ríos se habían esfumado, y solo quedaba el último manantial, cuya agua se agotaba lenta y visiblemente. Maya observaba a su gente desesperada, sintiendo un dolor profundo por cada vida marchita. Sabía que la solución no estaba en la búsqueda, sino en el sacrificio supremo.


Una noche de luna llena, subió a la roca más alta del cañón, llevando solo un juramento firme en su corazón. Ella realizaría el gran ritual que se había contado solo en leyendas ancestral de la fundación del valle. Era un ritual terrible de renuncia, donde el cuerpo era ofrecido a los cielos a cambio de la bendición del agua.


Desplegó sus brazos bajo el firmamento. El el viento constante se detuvo, y el aire se enrareció con la energía acumulada. Maya cerró los ojos y comenzó la ofrenda. Un escalofrío leve recorrió su cuerpo mientras pronunciaba las palabras que resonaban con un eco metálico en las paredes de roca.


De pronto, sus pies se elevaron del suelo. No fue un ascenso violento, sino una ascensión gradual. Sintió que su carne se desprendía de sus huesos, no con un desgarro, sino transformándose en vapor puro. Su estructura física se desintegró en la luz se expandió, un estallido brillante de energía azul y blanca que cubrió todo el cañón.


La mujer que se convirtió en nube

Cuando la luz se disipó, la roca estaba vacía. En el cielo, en el lugar exacto donde había estado, se formó una forma etérea y majestuosa. No era una nube normal; era una figura protectora, una masa esponjosa de vapor y conciencia. La nueva entidad era una vigilia eterna, la madre de las tormentas.


La mujer que se convirtió en nube

El el destino del valle había cambiado. Maya había logrado su sacrificio supremo. Se había convertido en la primera Nube Eterna, la entidad que ahora controlaría la lluvia y los elementos. Desde entonces, el valle nunca más sufrió sequía, y cuando la lluvia cae, la gente recuerda que son las lágrimas de su guardiana, cumpliendo un compromiso de amor.

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