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| El juguete olvidado |
Existía una antigua tienda de antigüedades que pocos se atrevían a visitar. Entre las estanterías polvorientas y objetos cubiertos de telarañas, una muñeca de ojos vacíos reposaba en un rincón sombrío, olvidada por el tiempo y la memoria.
Una noche, un joven llamado Lucas, fascinado por lo oculto y lo misterioso, decidió entrar en la tienda. Al cruzar la puerta chirriante, un frío inexplicable le recorrió la espalda. Sus ojos se posaron en la muñeca, cuyos ojos vacíos parecían seguirlo, reflejando una presencia inquietante. La figura, con un vestido raído y cabello enmarañado, parecía haber sido dejada allí hace siglos, como si aguardara a alguien que le devolviera la vida.
Movido por una extraña curiosidad, Lucas tomó la muñeca en sus manos. En ese instante, una ráfaga de viento helado atravesó la tienda y la luz se apagó. La oscuridad se volvió casi tangible, y una sensación de que algo más allá de lo natural se había despertado llenó el aire. La muñeca, que antes parecía inerte, empezó a agitarse lentamente, sus ojos vacíos ahora brillaban con una luz siniestra.
Desde esa noche, Lucas empezó a experimentar sucesos extraños: sus sueños se llenaron de susurros y figuras sin rostro que le pedían ayuda. La muñeca parecía seguirlo en cada rincón, acechando en sus pensamientos, susurrándole secretos oscuros que no quería oír.
Al día siguiente, en la tienda, la muñeca había desaparecido. Pero en su lugar, en la mesa donde la había dejado, había una nota escrita con tinta vieja y desgastada que decía: "No olvides lo que viste. Ella todavía espera..."
Desde entonces, Lucas nunca volvió a ser el mismo. La muñeca olvidada había despertado algo que no podía ser contenido, y en cada rincón de su mente, los ojos vacíos de la figura seguían vigilando, esperando su próximo momento para regresar.
