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| Leyenda del payaso de fuego |
En un pequeño pueblo olvidado por el tiempo, la llegada de un circo siempre era motivo de emoción. Sin embargo, este año, las risas y aplausos se mezclaron con un aire de inquietud. La atracción principal: "El Payaso de Fuego", un personaje envuelto en leyendas oscuras y rumores escalofriantes.
Se decía que cada vez que el payaso aparecía, una serie de misteriosos incendios consumía el pueblo. Nadie sabía si era una simple coincidencia o si el payaso realmente tenía el poder de invocar las llamas. A pesar de las advertencias, los habitantes del pueblo se agolpaban en la carpa del circo, ansiosos por presenciar el espectáculo.
La noche del evento, el cielo estaba cubierto de nubes oscuras. El aire olía a humo, y un frío helado envolvía a la multitud. El espectáculo comenzó con malabaristas y acróbatas, pero cuando llegó el momento del payaso, un silencio tenso se apoderó de la audiencia.
El payaso, con su rostro pintado de rojo y negro y su traje de llamas, salió a escena. Sus movimientos eran hipnóticos, pero su risa resonaba con una inquietante melodía. Mientras danzaba, pequeñas llamas comenzaron a brotar de su cuerpo, iluminando su figura y proyectando sombras que danzaban en las paredes de la carpa.
Los espectadores, fascinados, no podían apartar la vista de él. Sin embargo, algo comenzó a cambiar. La risa del payaso se tornó en un grito desgarrador y, en un instante, las llamas se descontrolaron, envolviendo la carpa en un manto de fuego. La multitud, aterrorizada, intentó escapar, pero las salidas estaban selladas por una fuerza invisible.
El payaso, ahora en el centro del caos, comenzó a reírse, su risa resonando en el aire mientras el fuego lo consumía. "¡Bienvenidos al último espectáculo!", gritó, mientras las llamas danzaban a su alrededor. La gente, atrapada en el horror, comprendió que no era una simple atracción, sino un ritual para alimentar su poder.
Cuando el fuego finalmente se extinguió, solo quedaron cenizas y ecos de risas. El pueblo había desaparecido, tragado por el caos, y el payaso de fuego se desvaneció en la noche, dejando detrás un rastro de oscuridad y un nuevo lugar para su próximo espectáculo.
